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lunes, 2 de agosto de 2010

Cuento Sin Título. #17

Se había sentado a la puerta de su casa con las piernas encogidas, los codos apoyados en las rodillas y con las manos sosteniendo su cabeza. Era la viva imagen de una figura pensante o estaba en una aguda etapa de depresión. El mundo giraba como siempre había girado a lo largo de su milenaria existencia y no se detenía. Una lágrima resbaló lentamente por su mejilla. A esa lágrima siguieron otras más, que aparecían tímidamente con su cabecita y se lanzaban sin miedo y sin pena por sus mejillas. No era una figura pensante, y lo que tenía era una aguda etapa de depresión que envolvía su corazón, mente y espíritu. Y el mundo anciano y sabio, seguía girando sin detenerse a ver un par de lágrimas derramadas. Seguía llorando calladamente y aceptó que la debilidad se había apoderado de su frágil cuerpo juvenil en un momento en el cual lo que se podía esperar, era eso.

El sol brillaba desde los azules cielos con su cotidiano esplendor. No quemaba, no incomodaba. Solamente enviaba tibios rayos de sol a la tierra verde. Sus rayos parecían una caricia. En un imponente árbol de cabello verde, cercano a la casa, unos pajarillos gorjeaban alegremente, mientras saltaban de rama en rama. Se levantó. No le apetecía ver un sol radiante o pajarillos parlanchines. Eso le causaba una mayor depresión, porque le hacía preguntarse: ¿Por qué el mundo es feliz y yo no?

Caminó arrastrando los pies por toda la casa, hasta llegar a su habitación silenciosa, sombría y levemente húmeda. Se dejó caer pesadamente en la cama y pensó en los Misterios del Universo, en la filosofía y en esa cosa que llaman “Amor”. Se le hacía más fácil comprender la ruptura de Nietzsche con su amado Wagner. Se le hacía más fácil comprender el sentido ambivalente de una broma que oculta su cara seria en una máscara de comicidad. Pero se le hacía prácticamente imposible comprender por qué las manos nerviosas, los ojos alborotados, las palpitaciones locas y el tartamudeo cuando se encontraba frente a “La Persona Amada”.

Por supuesto, lo más importante (siempre hay algo más importante) no era pensar en esa persona, lo importante era el sufrimiento que desmenuzaba las capas más sensibles de su corazón cuando pensaba en esa persona. Y ese era el mayor problema. El sufrimiento no se debía al rechazo o desprecio (que es un punto muy temido por muchas personas). Ese sufrimiento tenía bases en su idea de lo que consideraba amor. Porque su idea del amor giraba en torno a ideas más puras y poéticas que las ideas de la mayoría de los mortales: El amor no es carne y coqueteos, el amor es una materia inaudible de emociones fuertes que corren con electricidad por la sangre roja y caliente. Eso es el amor. Y esta idea le traía problemas idealistas con los que debía lidiar. No todos piensan lo mismo del amor y lo ven con ojos carnales.

Se levantó de la cama y decidió llorar. No se pellizcaría para obligarse a llorar. Decidió llorar porque sentía la miserable necesidad de desahogarse de esa manera. Ya no quería pensar más, porque ese no era el mejor método de desahogo, ya que era lento, además le causaba dolor de cabeza. Y ésta, ya le comenzaba a vibrar con violencia. Empezó a ver borroso alrededor suyo y se preocupó: Había escuchado historias urbanas de personas que literalmente, habían muerto por amor. Por amor o desamor. Daba lo mismo. Y supuso que ver borroso era el primer síntoma a un violento derrame cerebral que de un momento a otro le acometería. Unos segundos después, la preocupación se convirtió en una risita histérica cuando comprendió que veía borroso porque las lágrimas que caían a tropel, le negaban una visión clara.

Ahora lloraba desconsoladamente y al mismo tiempo, reía histéricamente. Eso le pareció algo estúpido e inmaduro y tomó la almohada colocándola frente a su rostro y presionando con fuerza para exhalar un grito fuerte. Sintió que su garganta le ardía como una triste llama de dolor, pero era necesario detener esa mezcla de llanto y risa. Pensó que llorar y reír quizás no era un síntoma de locura, quizás era una inocente reacción común a una multitud de sentimientos e ideas congregados en la inmensa plaza que se encontraba en su corazón. Se le escapó una risa al reconocer que concretaba pensamientos de manera extraña. ¿Una plaza en su corazón…? Pero también reconoció, exhalando un suspiro, que sus extraños pensamientos eran muy acertados la mayoría de ocasiones.

Caminó hacia el espejo y vio su imagen reflejada. Tenía los ojos rojos, la cara retorcida por la tristeza y los brazos caídos a los costados, como en una actitud de derrota. La tristeza le había abatido una vez más. La tristeza en complicidad con el amor. Ya debía terminar con ese maldito sufrimiento. Decidió tomar una medida drástica: sumergirse en su mundo perfecto, ese que construía cada vez que se sentía al borde de los sentimientos más destructivos. Decidió internarse en ese mundo apagado, en el cual habitaba el silencio, la tranquilidad, el tiempo muerto, los pensamientos mudos y la inconsciencia: Dormir.

domingo, 11 de julio de 2010

La Vida de Un Verso.

Erase una vez un verso que nació de mano y tinta. Era azul y de ojos brillantes. Creció bajo la tutela del Romanticismo. Cuando era joven, sus músculos en desarrollo se alborotaban bajo la furia de la pasión. Adquirió la tan ansiada madurez y fue regalo a una niña de ojos verdes y sonrisa rosada.

Escrito con reluciente tinta negra, en un papel nuevo, se entregó con una sonrisa fiel a su nueva dueña. Días después fue relegado al cruel olvido, entre montañas de papeles viejos, rotos, y polvorientos: Su dueña era una Mini-Madonna: Toda una material girl...

viernes, 30 de abril de 2010

3 Maneras para romper un corazón de mujer.


¡Hola amigos! Espero estén pasando un agradable día. Esta tarde melancólica, estudiaremos tres maneras eficaces para romperle el corazón a una dama. Utilizando pasos sencillos, detallados en claras explicaciones, hará más efectivo cumplir con tan titánica labor sentimental.

Se requieren sentimientos templados, como una espada y argumentos válidos o en todo caso, convincentes. Para no alargar más el discurso, he acá las 3 maneras para romper un corazón de mujer:


1.- Romanticismo: Este elemento, útil en el arsenal de un hombre moderno, es una bomba, por su intrincado sistema de rápidos resultados. Cuando un hombre es romántico, la dama se siente encerrada en una burbuja de perfección sentimental. Siente que el mundo es de color rosa y que ahora ya no matiza con sus ropas juveniles.

Por lo tanto, es necesario que el hombre se percate de que el romanticismo, más que una herramienta, es una puerta que abre el corazón de una mujer y lo despedaza fríamente con cada beso tierno, con cada sonrisa juguetona, con cada ardiente mirada. Al final de varias ocasiones donde se potencie el uso del romanticismo, la mujer terminará con su corazón roto.


2.- Comprensión: Cuando se sabe ser comprensivo con una señorita, ella no siente el apoyo del amado. Error grave: Ella siente la presión de un hombre que extrañamente, se está comportando de manera sospechosa. Ella presiente que él oculta algo detrás de esas frases, como “Esta bien ciruelita mía, si no querés que te coma a besos porque te duele la cabeza, me estaré aquí a tu lado, abrazándote sin decir ni una sola palabra. Sólo vos, yo y el silencio”. Ella sospecha con cosas de ese tipo y pasa la noche en vela, desenredando mil teorías de conspiración. Al ser comprensivo, se rompe el corazón de ella, haciéndole creer que se ocultan siniestras intenciones.


3.- Atención: Una de las armas que más las confunde a ellas. Si la enamorada está contando un problema de insólita naturaleza, se debe dejar de ver el partido de fútbol y apagar la tv. Si se escucha música, detener el reproductor y sentarse a la par de ella y decirle con una tierna sonrisa: “¿Qué pasa, babe?” Con esta sencilla táctica, la impresión y sorpresa de ella subirá de tono y se elevará por los cielos como un globo en libertad.

Cuando se le trata con amable atención ella se confunde y, como en el caso anterior, desentraña fabulosas teorías de conspiración y se pregunta: “¿Por qué ahora él es tan amable? ¿Por qué me presta atención con mis problemas? ¿Es que he perdido al tipo maleducado que no prestaba interés a mis frustraciones y tristezas?” Y seguidamente, su corazón se romperá y se sentirá extraña con su propio hombre.


Tres maneras inteligentes de romper el corazón de una dama, infalibles. Si estas técnicas se usan adecuadamente, las señoritas no tendrán más remedio que buscar a un tipo que las trate mal, porque generalmente es lo que buscan.

Si queréis métodos para mantener a una mujer a tu lado, en la próxima publicación tendremos algunos tips interesantes.

¡Buen día!


PD: Si alguna dama no se siente conforme con mis palabras de este día, perfectamente puede comentar, estoy a disposición de cualquier duda, comentario o refutación. Saludos.

sábado, 13 de febrero de 2010



El cuadragésimo quinto día del año (14 de febrero) se celebra el día de los enamorados, día del amor y la amistad o día de san Valentín.

La historia de este día no nos interesa por completo en esta entrada, sin embargo, podemos decir que es una celebración nacida en países anglosajones y que ha llegado hasta nosotros como una herencia no deseada, pero asimilada de igual manera.

PREGUNTAS FRECUENTES:


-¿Qué es?

Un día en el que se regalan flores, rosas, tarjetas, chocolates y otra variedad de cosas. Y se dice: te quiero, tanto a animales racionales como animales irracionales (en el caso de los que no tengan a quien ofrecer amor).


-¿Para qué sirve?

1. Para gastar dinero.

2. Para estar en onda y practicar el "sistema valentino de intercambio de regalos" como el resto de personas.

3. Para insinuar pretensiones sexuales (puede ser una de las mejores excusas)

4. Para demostrar que no somos seres insensibles.

5. Motivos varios que no se me ocurren...


-¿Es pecado?

Claro que no. Sólo será pecado si creemos que el día de san Valentín es el día de amor y la amistad (dado que cualquier día es bueno para expresar amor –tanto físico como emocional- a los que nos rodean.)


-Si no creo en el amor, ¿el resto de personas me verá mal?

¡Por supuesto! Cuando unas pocas personas no siguen lo que el resto sí, es visto con malos ojos y como un subversivo peligroso.


-¿Entonces debo celebrar el día de san Valentín en contra de mi voluntad?

No, sólo debés decir: no tengo pareja actualmente, pero felicité a mis amigos (en realidad si tenés pareja, estarías mintiendo, pero ¿es mejor una mentira, que un linchamiento general, no creés?


-¿El día de san Valentín es un día de consumismo universal?

¡Callá! ¡Decir eso es pena capital para los enamorados empedernidos!



CONCLUSIONES: Este día, como otras celebraciones más, es considerado una belleza. Otros lo consideran un derroche total de tiempo y dinero. Algunos más, son indiferentes. Por allí dicen: "para gustos, los colores". Cada quien tiene derecho de liarse en las convicciones culturales que mejor le parezcan, aunque esto signifique estar errado en un plano objetivo y sin vuelta de hoja. No digo que este día sea una pérdida de tiempo, y tampoco lo defiendo, pero la duda queda:


Si digo negro y es blanco, ¿quién está en el error?